Los Valores definen La Educación
“Tus valores definen quien eres realmente. Tu identidad real es la suma total de tus valores.” Assegid Habtewold
Pensando en nuestra forma de proceder en la sociedad, me encontré con esta frase. El Dr. Assegid Habtewold, considera que cada uno de nosotros es genial, y que estamos destinados a resaltar esa grandeza sirviendo al mundo, para hacer grandes cambios. En esto estamos en total acuerdo. Hay que hacer grandes cambios. Y para hacerlos, se necesita algo muy simple. La Educación y los valores.
Ambos términos se relacionan entre sí. Se dice que para tener educación también debes tener valores.
Ninguna persona nace siendo educado, con el tiempo se hace. Y esto se logra poniendo en práctica los valores en las relaciones interpersonales. Si se hace diariamente, podemos llegar a considerarnos como una persona educada.
Así como se aprende una disciplina como la matemática, física, u otras, también deberíamos aprender lecciones de convivencia. Para ello es importante tener muy claro, el significado de ambos conceptos; Educación y Valores.
Muchas veces equivocamos el término Educación atribuyéndolo a la acumulación de títulos académicos. Sin embargo, esto es un error. Si bien es cierto, la instrucción académica influye, pero, la formación en valores es determinante.
¿Qué es Educación?
La palabra educación significa;
“Formación destinada a desarrollar la capacidad intelectual, moral y afectiva de las personas de acuerdo con la cultura y las normas de convivencia de la sociedad a la que pertenecen.”
Las normas de convivencia no son más que valores.
¿Qué son los valores?
Los valores: Son principios, o virtudes que caracterizan a una persona. Son las cualidades que se destacan en cada una y que a la vez, le impulsan a actuar de manera adecuada en la sociedad. En este sentido, son los valores los que definen los pensamientos de las personas y la manera de cómo convivir con los demás.
El respeto, la empatía, la tolerancia, la igualdad, la solidaridad, el pensamiento crítico. Son entre otros, algunos principios éticos y morales que debemos adoptar para nuestra convivencia social.
Estos principios nos definen como seres humanos capaces de construir un mundo mejor. Los valores no están perdidos, siempre han estado ahí. Sencillamente nos toca rescatarlos y practicarlos.
El agradecimiento es uno de los valores que poco a poco se ha dejado de practicar. Ser agradecido ya es cosa del pasado o del nunca existió.
El agradecimiento es un sentimiento o valoración que se tiene hacia una persona que realiza un favor o presta ayuda. Este acto generalmente se hace para tratar de devolver, de alguna forma, una colaboración recibida. Pero, muchas personas piensan que esto no es necesario.
Por ejemplo, muchas veces algunas personas en los autobuses, son gentiles al ceder el puesto a otras, y sencillamente éstas se sientan sin dar las gracias, como si fuera obligación cederlo. Y aunque así lo fuera, el agradecimiento, sería un acto de cortesía.
Sabemos que el mundo está un poco acelerado y a ello se le atribuye el poco tiempo para las buenas relaciones. Sin embargo, es justamente en este mundo acelerado, donde debemos practicar valores para mitigar un poco el cansancio y las malas comunicaciones. Un gesto amable y una sonrisa, pueden convertir un mal día en uno bueno.
Se pierde más tiempo, dando largas excusas, pudiendo utilizar ese mismo tiempo para el agradecimiento.
Para ser agradecido hay una fórmula muy simple; la empatía. Si se pusiera en práctica, el resto de los valores fluirían.
La empatía se refiere a la capacidad intelectual del individuo y la habilidad para comprender las, actitudes, sentimientos, y reacciones de los otros.
Ser empático, es ponerse en el lugar del otro. Ubicándose en su lugar y enfrentando del modo más adecuado sus reacciones emocionales para vivenciar la forma como se siente.
Si hicieras algo a alguien
¿Cómo te sentirías si te lo hicieran a ti?
Al respondernos esta pregunta, se pone en práctica la empatía. Es decir, la capacidad para comprender nuestras acciones o nuestra manera de actuar.
Una frase que hemos escuchado desde niños y que hemos interiorizado, es “No hagas lo que no te gusta que te hagan”. Esta frase tiene un trasfondo moral y educativo, pero, en muy pocas ocasiones se cumple. Por lo general, esta frase al igual que muchas otras, se pierde con nuestros actos. Así como el agradecimiento y la empatía, existen muchos más valores como la tolerancia, la verdad, la amistad y otros, que debemos practicar para que se nos identifique, como personas ejemplares y educadas. Con un criterio, que nos permita saber actuar en cada una de las situaciones que se presentan. Una persona educada tiene actitudes que van en pro de la justicia y del buen hacer.
Como diría Einstein;
“Procure no ser un hombre con éxito, sino un hombre con valores»