El porqué de la Esperanza

«El más terrible de los sentimientos es el sentimiento de tener la esperanza perdida.”
Federico García Lorca

Porque existe en las raíces del corazón una fuerza desconocida para muchos que sale a flote en los momentos más difíciles.
De esto está forjado el hombre cuando en su bolsillo lleva una dosis inacabable de fecunda voluntad y hay dentro de sus ojos la visión del mañana que el presente no deja morir.

Vendrán días mejores y luces nuevas habitarán en las almas rotas, y en una esquina llena de silencio, sobre un claroscuro semejante a la noche, rodará una lágrima, y en ella, el albiceleste de un sueño empezará a resurgir con esa fuerza impetuosa que sólo conoce la esperanza.
Este obstáculo fue feroz recordaremos. Impenetrable como un siglo de espera, como quien viaja sin ver el horizonte tras largas lunas agonizantes, pero a la par de esa angustia algo no se separó del navegante, el viento que impulsaba sus velas le daba fuerza para vivir.

La vida es una antología, una consecuencia de la razón, una causa lleva a otra, una ilusión lleva a un sueño, y el sueño, por más que intente apagarse no podrá porque la razón todo lo puede.
De igual forma, la vida sin música y sin poesía no tiene sentido porque ambas son surtidores para que el alma navegue por la blonda pradera del pensamiento. Entonces, acudiendo a la memoria, al tiempo, al espacio y al idilio ¿qué sueño no se podrá alcanzar si en el ser humano existe lo ilimitado que se llama existencia.

Creo que como propósito de vida es necesario dejar plasmada una huella que exprese lo valioso que es la existencia y sus componentes, y en ello, la poesía, como digna dama, seguirá aleteando desde ese conjuro sublime que sólo conoce el misterio, y el hombre, rendido ante su falda, seguirá creyendo firmemente en el amor y en la esperanza.

La vida seguirá en su ronda llena de delirios y en cada expresión y en cada alba algo insospechado llegará.
Habrá paz en las almas más desprotegidas como un niño en su cuna frágil y amoroso. Así es el amor desde sus confines, una estrella, una luz, una resonancia navegando en lo más íntimo del idioma, aquel pájaro azul que navega en cada ser vivo único e indeleble como lo es Dios y toda su Omnipotencia.

Esta durísima etapa pasará y saldremos de ella diferentes, más comprometidos a entregar la mejor versión de nosotros; todo es cuestión de una profunda analítica, aquello que nos haga comprender el cómo y el por qué de las cosas. Luego de ese diálogo íntimo y renovable habrá luz y camino y un motivo por el cual continuar.

Por
Tony Cedeño Andrade

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