La motivación frente al desamparo del hombre
¿Qué motiva al ser humano a perder la cordura?
¿Qué motiva al hombre a perder la sensatez?
El equilibrio se pierde cuando se deja amainar por una pasión, el desapego a las normas de urbanidad, el destierro de su amor propio que lo vuelve trémulo como una noche que descalza camina cuál fantasma sobre un país, donde no hay ambición que no sea otra que la del placer del consumo.
Hay tantas cosas que la conciencia no entiende, que están ahí al reposo de ser descubiertas por un suceso que cambie nuestras vidas.
La gráfica es elocuente, la vida es exacta al milagro más hermoso y no hay nada más precioso que este regalo que se nos ha concedido.
Entonces y acudiendo al sentido práctico de la razón me pregunto;
¿Porqué es tan difícil dialogar entre los seres?
Llevo sendas, caminos, distancias, pero, desprovisto de una brújula ¿qué haré? Debe haber en cada ser un motivo que lo ayude a vivir.
Si apreciamos el trasfondo de los hechos en los cuales el arte pervive, nos daremos cuenta que nuestra existencia es ese arte supremo y primigenio: excelso, divino y lúcido como lo es la aurora al asomarse al amanecer.
¿Cuadro más precioso habrá que el de los hijos en el seno de su madre?
La familia goza de ese sentimiento tan fuerte que es la consanguinidad que parte de un milagro, porque todas las consecuencias de ese milagro se pueden ver, sentir, y palpar.
¿O no habrá razón de la rosa con sus esbeltos pétalos sedosos?
Así es la madre en sus ojos, una lamparita que siempre se enciende al sonreír.
Ahora pregunto;
¿Será la vida el regalo más preciado?
Las paredes del corazón se quedan atónitas ante este poder que doblega al orgullo pues,
¿Qué otra manifestación más sustentable habrá, que la fuerza de un abrazo?
He ido por caminos desiertos viendo la quimera de una lágrima en el rostro de ensueño de los niños, y estos rostros son la huella de una injusta injusticia, pues el hombre ha bregado tanto en su ambición de poder, que se olvidó de los pobres y asumió un rol protagónico ensimismado en la corrupción y sus tentáculos.
Cayó hondo hasta desaparecer de su amor propio dado a su soberbia y entregó al demonio su alma trémula y descalza.