Una noche de mágicas estrellas
sonrisas en los niños resplandecen
por magos que en camellos se aparecen
llegando hasta Belén a dejar huellas.
Llevan oro, de ofrenda a la realeza
Dádiva de incienso a la divinidad
Mirra con aromas a su majestad
por cada obsequio, una especial belleza.
Siguen la estrella del oriente, guía,
en su viaje repleto de esperanzas,
iluminan su senda, día a día.
Sus dones, más que mirra, incienso, y oro,
son lecciones de amor y de confianza,
en cada enero, es tema que valoro.